Dos semanas intensísimas. Muchos planos, muchas secuencias, mucho trabajo y mucha energía por parte de todo el equipo. Una pandilla de locos espectacular que ha hecho posible el milagro de hacer algo así como una película en unas condiciones completamente imposibles. No sé cómo demonios consigo siempre liar a la gente... debe ser algún superpoder digno de algún villano chungo... pero bueno, lo uso para hacer películas, que peor sería meterme en política. No se puede pedir más, y ahora toca conseguir un gran resultado de semejante épico esfuerzo.
Siempre se dice que todo el mundo apoya el trabajo en equipo, que esto del cine es muy duro, que es imposible hacer un película en solitario... pero, por lo menos por mi parte, nunca ha sido tan cierto como en ésta ocasión. El equipo técnico, formado por el gran Juanjo Martínez de San Mateo, la impresionante multitarea Ana López Villar, el habitual compañero de fatigas Javier Albalá y mis padres, que han estado ahí de producción y hasta de claquetistas... viviendo la locura de un rodaje directamente en su casa y sus vidas, casi como cuando empecé el siglo pasado a hacer super8s...
Muy emocionante todo. De las actrices y los actores no digo nada, que está muy visto halagarlos y luego se les sube el ego... Jajaja. Se han portado todos como la película se merecía y han dado lo mejor de ellos en cada puto plano y momento, delante y detrás de la cámara.
En fin, que esto parece una mierda de makingof de esos de "qué bien lo pasemos todos en rodaje y qué buena experiencia"... pero coño, es que cuando es verdad es verdad. A ver ahora si el montaje arranca y empezamos ya a ver todos el resultado de tanto esfuerzo ahí en la pantallita.
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